SIGÜENZA, CAPITAL MUSICAL DEL VERANO

La oferta cultural de la asociación Bell’Arte Europa sigue creciendo y con ella su integración y aceptación en el seno de la sociedad seguntina. Durante la semana del 2 al 9 de agosto se han multiplicado las actividades organizadas por Bell’Arte en Sigüenza. A la segunda edición del ciclo de conciertos “Clásica en Verano” se ha sumado en esta ocasión el estreno del curso de especialización pianística “Bell’Arte Europa 2008”. Ambas actividades, íntimamente relacionadas, han dinamizado la vida musical de la ciudad del Doncel durante los primeros días de agosto.
El ciclo “Clásica en Verano 2008”, tras su segunda edición, se ha consolidado como el tercer ciclo de conciertos importante que Bell’Arte organiza a lo largo del año en Sigüenza y viene a completar los dos ciclos anteriores: “Musigüenza”, que se celebra durante el mes de octubre y el “Festival de jóvenes pianistas”, que tiene lugar durante el mes de mayo. Estos tres ciclos abarcan una gran variedad de géneros musicales y ofrecen al público seguntino la posibilidad de disfrutar de la música de cámara, del piano solista y de otras formaciones y géneros más variados. La respuesta del público sigue siendo cada vez más positiva, sumándose paulatinamente nuevos aficionados que van haciendo aumentar el número de melómanos que se acercan a la Ermita de san Roque para disfrutar de agradables veladas musicales. Hay que destacar en este sentido que, en algunos conciertos del ciclo, se ha rozado el lleno de la sala, lo que supone un gran éxito de público.
El ciclo de este año comenzó el día 2 con la actuación del cuarteto de violoncelos “Curso de cuerda de Valderromán”, formado por Pau Cardona, Manuel Santapau, Eduardo González y José Enrique Bouché, el cual ofreció un concierto muy interesante en el que se sucedieron transcripciones de diversos estilos para esta novedosa formación. En efecto, de entre las formaciones camerísticas donde están presentes los instrumentos de cuerda, ésta es de las más originales. Los cuatro virtuosos violoncelistas lograron cautivar al público con sus originales interpretaciones de B. Marcello, F.A. Kummer, Goldterman, J.S. Bach y S. Joplin. Demostraron que el cuarteto de cellos puede estar a la altura de un auténtico cuarteto de cuerda (2 violines, viola y violoncello) y expresar todos los matices musicales que requiere cada estilo. En todo momento se percibió la perfecta compenetración de los músicos, ya sea en las piezas a dúo como en los cuartetos. Destacó sobretodo la ejecución de la muy compleja Sonata nº1 BWV 1027 de J.S. Bach, donde los músicos se entregaron a la interpretación hasta sonar como un solo instrumento.
El segundo concierto tuvo lugar el día 5 de agosto y corrió a cargo del dúo de piano a cuatro manos formado por los valencianos Telmo Gadea y Pau Gil. En el programa se pudieron escuchar obras compuestas alrededor de los años 20 del siglo XX para esta formación, así como la transcripción de la Rapsodia española de M. Ravel, originalmente escrita para orquesta. El recital comenzó con las “Cinco piezas para piano a cuatro manos” de G. Ligeti, piezas llenas de vitalidad, de ritmos atractivos y de atmósferas sugerentes. A continuación sonaron las cuatro piezas de “Pagine di guerra” de Alfredo Casella, la apuesta más novedosa de la velada, en las cuales se plasman de forma descriptiva cuatro imágenes inspiradas en visiones cinematográficas. La primera parte finalizó con la “Sonata para piano a cuatro manos” de F. Poulenc, pieza brillante que, tras su carácter infantil, esconde una gran dificultad de ejecución. La segunda parte se inició con la interesante fuga de F. Busoni sobre un tema popular vienés, para terminar con la transcripción de la Rapsodia española de Ravel, pieza que fue muy bien acogida por el público dada su inspiración en temas folclóricos españoles.
En el tercer concierto, celebrado el día 7 de agosto, participaron el barítono Manuel Mas y el pianista César Cabedo, quienes presentaron un interesante recorrido por diferentes culturas líricas. El camino musical empezó por Alemania. Los lieder de Schubert y Schumann sonaron profundos, apasionados, oscuros o luminosos. A través de sus textos profundamente románticos, la música transportó a los asistentes a mundos lejanos de profunda belleza. Como complemento a estos lieder, el pianista César Cabedo interpretó a sólo los Intemezzi op 117 de Brahms, otro de los grandes románticos alemanes, que compartió con los anteriores mucho más que la época que la que vivieron. La segunda parte nos llevó a la lírica francesa de la mano de las canciones de Fauré y las muy bellas canciones de Ravel inspiradas en la relación de Don Quijote y Dulcinea. Como colofón a estas piezas, Cabedo interpretó, de nuevo a solo, la Sonatina para piano del mismo Ravel. Para terminar el concierto, Mas y Cabedo ofrecieron dos brillantes romanzas de zarzuela de los maestros Serrano y Guerrero que entusiasmaron al público asistente.
El cuarto concierto fue el más entrañable y emotivo de todos los del festival, y es que en él actuaron los alumnos del curso de piano “Bell’Arte Europa 2008”. Desde los más pequeños, algunos ni siquiera tienen la edad de entrar en el Conservatorio, hasta los más mayores, que cursan Grado Superior o ya han terminado la carrera de piano, demostraron un gran talento y un gran interés por mejorar y crecer como artistas. Entre todos completaron un concierto de alto nivel, y demostraron que más pronto que tarde estarán actuando en las salas profesionales. El desarrollo del curso y sus resultados han superado con creces las expectativas de los organizadores, quienes esperan mejorar y crecer para nuevas ediciones. Y es que este curso ha demostrado que tiene una gran aceptación entre los jóvenes estudiantes y, con el apoyo de la ciudad, puede seguir creciendo hasta convertirse en auténtico referente en el panorama nacional.
El ciclo de este año finalizó de forma brillante con el concierto del día 9 de agosto, en el que actuaron el dúo polaco formado por Maciej y Bogdan Kulakowski, violoncello y piano respectivamente. El concierto comenzó con la sonata para piano en La Mayor D 959, ofrecida por el maestro Bogdan Kulakowski con gran pulcritud, claridad y riqueza de expresión. Resultó una interpretación de gran calidad que ya hacía presagiar los grandes momentos que se vivirían a lo largo de la velada. Ya en la segunda parte, el público seguntino congregado en San Roque pudo asistir a uno de esos acontecimientos que se consideran extraordinarios: la actuación de un niño prodigio. En efecto, con sus cortos 12 años de edad, Maciej Kulakowski demostró que está muy por encima de lo que un niño de sus edad es capaz de hacer con un violoncello. Demostró una gran capacidad técnica a la hora de abordar piezas de gran dificultad, una gran variedad de vibratos y una profunda sensibilidad. En definitiva, toda una larga serie de virtudes que pueden hacer de él una auténtica figura internacional en pocos años. El repertorio de la segunda parte del concierto comenzó con la sonata de Bach BWV 1028 pieza clásica para violoncello y piano. A continuación ofrecieron una excelente interpretación de la Polonesa Brillante de su compatriota F. Chopin, así como la deliciosa Vocalise de Rachmaninov, en la que el joven Maciej demostró su capacidad para imprimir intensidad y expresión a las largas melodías del compositor ruso. El concierto terminó con un homenaje al público español que llenaba la sala: Requiebros, de Gaspar Cassadó, obra que, con su profunda inspiración popular española, conmovió y entusiasmó a la audiencia. Como colofón al mismo, ofrecieron una excelente versión de "Andaluza" de Granados. En definitiva, un broche de oro a una intensa semana que, entre clases y conciertos ha convertido Sigüenza en una auténtica capital musical en este inicio del mes de agosto.

Pau Gil