El tercer concierto del Festival, a cargo de Patrick Hemmerlé, entusiasmó al público. El francés, de veintiséis años, es el único pianista extranjero en esta edición del Festival. Actualmente, aunque reside en Paris, esta desarrollándose bajo la guía del profesor Joaquín Soriano en Madrid. Después de haber recibido una sólida formación en su país sigue su formación en la escuela francesa, dado que el profesor Soriano también ha realizado sus estudios en Paris con maestros de la escuela francesa.
Desde el principio de su recital se ha podido apreciar su sensibilidad en una obra como las Variaciones en fa menor de J.Haydn. Éste es, quizá, el más romántico de los compositores de la escuela vienesa y dentro de su clasicismo se halla un espíritu romántico. Así fue la interpretación del Hemmerlé, extremamente perfecta técnicamente pero al mismo tiempo llena de sensibilidad y un profundo mensaje que transmitir. Siguió con unas Variaciones sobre un tema de Haendel Op.24 de J.Brahms, una obra postclásica como casi todas las composiciones del postromántico alemán. Como casi todas las obras para piano, no hace visible de verdad la dificultad que encierra. El intérprete tiene que luchar con enormes dificultades técnicas que al final no le llevan a lucirse sino a utilizar estos medios en función del arte. Así pues nuestro invitado ha demostrado que además de ser un verdadero artista es un virtuoso de gran envergadura. Su interpretación de esta obra se quedará durante mucho tiempo en los corazones de los que han tenido la suerte de asistir al concierto visto que justamente allí llegó el arte de Hemmerlé a los corazones, dejando sin respiración a los testigos de su arte.
La segunda parte del recital estaba compuesta por una sola obra, la Sonata nº6 en La Mayor de S.Prokofiev. La interpretación del joven francés fue muy correcta en todos sus extremos, extrayendo de cada pentagrama el mensaje musical que el compositor ruso quiso transmitir. Hemmerlé demostró, de esta forma, que tiene un gran futuro como pianista y como artista